Guía de Viaje a Tanzania: PARQUES Y PRINCIPALES DESTINOS.
Con una de las poblaciones animales más grandes del mundo, en un viaje a Tanzania disfrutaremos del safari definitivo. Una de las muestras más evidentes de ello es Serengeti, donde 1,7 millones de ñus se mueven desde el Sur de Serengeti hacia el Norte del parque, y más allá, hacia Masai Mara en Kenia, en busca de agua y pastos frescos. Y el cráter de Ngorongoro, donde 30.000 animales se reúnen en un área relativamente pequeña lo que facilita que en una misma foto aparezcan dos o más especies diferentes. Es difícil describir los parques de Tanzania sin repetir los tópicos africanos, pero se puede escoger entre las vastas praderas de Serengeti, los avistamientos de animales garantizados en Ngorongoro, o las interminables llanuras salvajes de Selous, del tamaño de Irlanda pero sin un metro de asfalto.
Pero no todo es ver animales en un viaje a Tanzania. Encontraremos paisajes asombrosos, siempre diferentes, incluyendo las cumbres nevadas del monte Kilimanjaro, la montaña más alta de África. Podremos ver coloridas tribus, incluyendo los guerreros Masai y unos de los últimos bosquimanos de África oriental, los Hadzabe. Y no podemos olvidar de la tentación que suponen las arenas blancas y aguas de color turquesa de las islas de Zanzíbar y Mafia: después de un maravilloso safari no hay mejor manera de acabar este viaje por Tanzania que relajándonos a orillas del Océano Índico.
PARQUES NACIONALES Y RESERVAS
PARQUES DEL NORTE
Parque nacional Serengeti:

Leopardo en el Parque nacional Serengeti
No hay viaje a Tanzania que no incluya, al menos, un par de noches en el parque de Serengeti. El primer y más popular parque nacional de Tanzania, es famoso por su migración anual donde unos seis millones de herbívoros cruzan las praderas buscando hierba fresca. Pero aún cuando la migración no se produce, Serengeti ofrece uno de los puntos más impresionantes para el avistamiento de animales en toda África: grandes grupos de búfalos, elefantes y jirafas, acompañados de miles de elands, topis, kongonis y gacelas de Grant.
El espectáculo del depredador contra su presa domina el parque más grande de Tanzania. Leones de melena dorada buscan su alimento en la abundancia de los herbívoros de las praderas. Solitarios leopardos cazan en las líneas de acacias junto al río Seronera mientras una gran densidad de guepardos recorren las llanuras del sur. Casi en ningún otro lugar se encuentran los tres tipos de chacal como en Serengeti, junto con las hienas moteadas y otros depredadores más difíciles de ver, como los servales o los insectívoros lobos de tierra. Y a pesar de lo famoso que es Serengeti, su tamaño hará que podamos ser el único público que una manada de leones pueda tener mientras se prepara para obtener su próximo alimento.
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En un año normal, las grandes manadas de herbívoros se encuentran en el sur (zona de Ndutu) durante los meses de Diciembre a Abril. Es durante los meses de Febrero y Marzo cuando nacen la mayoría de las crías de ñus y cebras por lo que los grandes grupos no se moverán de la zona sur hasta que las crías puedan moverse a buen ritmo. A finales de abril los grupos de ñus empiezan a buscar pastos frescos más al norte, en la zona central del parque (zona de Seronera). Progresivamente les seguirán otros grupos de ñus, cebras y gacelas de grant y Thomson. Hacia el mes de Junio la migración se suele dividir en dos: una parte se dirigirá hacia el corredor oeste, a través de las llanuras de Musabi y cerca ya del lago Victoria. Otra parte se dirigirá hacia el norte, en la zona de Lobo. Hacia principios de Julio los ñus se agolpan para cruzar los ríos Grumeti y Mara, plagados de cocodrilos, para acabar la migración en la zona norte de Serengeti, cruzando a la orilla norte del río Mara.
La mayoría de ellos cruzará hacia Masai Mara, en Kenia, aunque grandes grupos suelen quedarse en la parte de Tanzania. El cruce del río Mara se produce a partir de la segunda quincena de Julio y hasta finales de Agosto. Durante los meses de Septiembre y Octubre permanecen en las praderas al norte del río Mara, iniciando su regreso con la llegada de las lluvias cortas, en Noviembre. Hacia finales de mes la mayor parte de la migración se mueve ya hacia el sur, ahora de forma rápida, para atravesar la región de Lobo y Loliondo, al este de Serengeti. A principios de Diciembre llegan de nuevo a Seronera y poco tiempo después a la región sur de Serengeti para empezar nuevamente el ciclo, un año más.
Serengeti es un parque enorme, formado por cuatro regiones que podrían ser cuatro pequeños parques, todos ellos diferentes entre si, con ecosistemas muy variados. La zona principal del parque es Seronera, la región central, alrededor del río del mismo nombre. Es la parte con mayor población de animales, especialmente en época seca, debido a la abundancia de agua. Son famosos en Seronera los «kopjes», formaciones rocosas que han quedado al descubierto debido a la erosión y que son hogar de pequeños animales y a la vez utilizados por familias de felinos para observar las interminables llanuras de Seronera.
El Sur de Serengeti es el área de Ndutu, a caballo con el Área de Conservación del cráter de Ngorongoro. Ndutu es una región de suelo duro volcánico donde la hierba no puede crecer mucho en altura por la imposibilidad de echar raíces profundas, lo que hace de Ndutu el área donde se puede ver los animales con mayor facilidad ya que es muy complicado encontrar altos pastos donde esconderse.
Al Oeste, la región que se extiende hacia el lago Victoria es conocida como el Corredor oeste. Es una zona atravesada por los ríos Mbalageti y Grumeti. Éste último es un río estrecho y poco caudaloso, aparentemente tranquilo pero poblado por enormes cocodrilos del Nilo, por lo que es uno de los puntos calientes de Serengeti durante la migración.
El Norte de Serengeti es la región de Lobo, más montañosa y remota y por lo tanto menos visitada que el resto del parque. Es quizás por esa razón que es la zona más exclusiva, con los tented camps más lujosos y donde uno puede recorrer kilómetros sin encontrar ningún otro vehículo. El Norte está atravesado por el río Mara que, proveniente de Kenia, atraviesa la zona noroeste para ir a desembocar al lago Victoria. Es en esta zona donde se puede ver a la migración cruzando el ancho río por zonas infestadas de cocodrilos, dando lugar a uno de los mayores espectáculos de vida animal que se pueden ver en el mundo.
Área de conservación del cráter de Ngorongoro:

Rinocerontes negros en el Cráter de Ngorongoro
Ngorongoro es un área de conservación fascinante e inusual que incluye el cráter de Ngorongoro como su centro y que se extiende hacia las tierras altas del cráter donde se permite mantener sus costumbres tradicionales a las tribus locales en un entorno lo más natural posible. Este extraordinario paisaje volcánico es rico y fértil, con impresionantes cráteres y lagos.
El cráter de Ngorongoro es la caldera intacta más grande del mundo, en una situación geográfica excepcional, que forma una cuenca de unos 265 km², con unas paredes de hasta 600 m. y donde viven entre 20 y 30 mil animales salvajes. Ngorongoro era un enorme volcán que explotó y se hundió, dando lugar al cráter actual. El suelo del cráter consiste en un número de entornos ecológicos que incluyen praderas, humedales, bosques y el lago Makat. Estos hábitats tan diferentes atraen diferentes animales para beber, revolcarse, pastar o esconderse. Aunque los animales tienen libertad para entrar y salir de este entorno, el rico suelo volcánico, sus frondosos bosques y fuentes de agua del cráter hacen que tanto herbívoros como sus depredadores tiendan a permanecer aquí durante todo el año.
El borde del cráter, de 2.200 m. de altura toca la base de las nubes durante la mayor parte del año. Estas altas tierras se despiertan entre brumas durante casi todo el año, exceptuando la época seca, entre Diciembre y Enero.
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El cráter de Ngorongoro es actualmente una de las zonas de Tanzania en que mejor se puede ver el rinoceronte negro. El cráter protege el microcosmos con mayor densidad animal del éste de África. Como tal, el cráter de Ngorongoro ha adquirido renombre mundial y atrae un creciente número de visitantes cada año. Debido a su pequeño tamaño, unos 23 Km. de diámetro en su punto más ancho, la Autoridad de parques de Tanzania ha impuesto una limitación de 6 horas por vehículo y día dentro del cráter. Como en el caso de Serengeti, no hay viaje a Tanzania que no incluya una noche en Ngorongoro.
Parque nacional Tarangire:

Elefantes en el Parque nacional Tarangire.
Un sol intenso seca la humedad de las praderas, tostando el suelo con un rojo polvoriento. El río Tarangire se transforma en una sombra de lo que era en la época de lluvias, pero aún así está repleto de vida. Nómadas sedientos han deambulado cientos de kilómetros sabiendo que aquí, siempre hay agua. Manadas de hasta 300 elefantes buscan agua bajo la superficie seca del río, mientras los migratorios ñúes, cebras, búfalos, impalas, gacelas y elands se agolpan en las menguantes lagunas. Es la mayor concentración de vida animal fuera del ecosistema del Serengeti, y el único sitio en Tanzania donde se pueden ver los oryx y las gacelas gerenuk.
Durante la época de lluvias los visitantes se extienden por sus 20.000 km², hasta que acaban con las verdes praderas y el río les llama una vez más. Los humedales, teñidos de verde durante todo el año, son el hogar de unos 550 tipos de aves, el hábitat con el mayor número de ellas en el mundo.
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Las serpientes pitón de Tarangire suben a los árboles, al igual que los leones y los leopardos, escondiéndose entre sus ramas. El parque puede ser visitado durante todo el año, aunque la estación seca, entre Junio y Septiembre ofrece un número de animales mucho mayor que el resto del año. Durante estos meses la concentración de animales junto al río Tarangire es casi tan diversa como en el cráter de Ngorongoro pero el ecosistema de este parque está equilibrado por una ruta de migración que es seguida por la mayoría de animales, a excepción de los leones que rara vez abandonan su territorio.
Parque nacional Lago Manyara:

Hipopótamos en el Parque nacional del Lago Manyara.
Con un paisaje definido por Ernest Hemingway como «el más encantador de África», el lago, de 50 km de largo, se extiende en la base de una de las laderas doradas del valle del Rift. Desde la puerta de entrada la carretera cruza una zona de vegetación tropical donde cientos de babuinos se reúnen a ambos lados de ella, monos azules saltan entre las ramas de árboles caoba, antílopes caminan entre las sombras y cálaos gritan desde las copas de los árboles.
Contrastando con la intimidad del bosque las praderas se extienden hacia los picos volcánicos azules que se alzan desde las llanuras Masai. Grandes manadas de búfalos, ñúes, y cebras se reúnen en estas praderas, al igual que las jirafas. Las líneas de acacias son los lugares de caza predilectos de los legendarios leones del Manyara, famosos por subir a los árboles, y de impresionantes elefantes. Escuadrones de mangostas corren entre las acacias, y el pequeño dik-dik se oculta en su sombra.
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El lago Manyara también es la perfecta presentación a las aves de Tanzania. Se han catalogado más de 400 especies, entre las que se incluyen los flamencos rosados en su migración perpetua, al igual que pelícanos, cormoranes y cigüeñas. Para ver grandes mamíferos es preferible visitar el parque en la estación seca, entre Julio y Octubre; para ver aves, visitar las cataratas y pasear en canoa es mejor durante la estación de lluvias, entre Noviembre y Junio. Uno de los principales atractivos de Manyara es la posibilidad de realizar un safari nocturno dentro del parque, con el fin de ver una serie de animales que permanecen escondidos durante el día.
Parque nacional Kilimanjaro:

Monte Kilimanjaro
Kilimanjaro. El propio nombre es un misterio coronado por nubes. Su nombre es una metáfora de la impresionante belleza de África oriental. Uno lo entiende cuando lo ve. No sólo es el pico más alto del continente africano sino que es la montaña solitaria más alta del mundo, alzándose en soledad desde los 900 metros del monte bajo de su base hasta los 5.895 m. Su cima es una de las más accesibles entre las de alta montaña. La mayoría de los montañeros llegan hasta el borde del cráter con poco más que un bastón para caminar, ropa adecuada y determinación. Y los que alcanzan Uhuru Point, la cima real o Gillman’s Point si se escoge la subida por el refugio Marangu o Stella Point si se sube por el campamento Barafu, al borde del cráter se llevan a casa sus certificados de ascensión. Y sus recuerdos.
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Pero hay mucho más en el Kili que su cima. El ascenso por las laderas es un tour climático virtual, desde los trópicos al ártico. Incluso antes de cruzar los márgenes del parque nacional, a los 2.700 m, los cultivos de las laderas dan paso al frondoso bosque de montaña, habitado por el esquivo elefante, leopardos, búfalos, antílopes y primates. Más arriba nos encontramos con el páramo, zona cubierta de brezo y lobelias. Por encima de los 4.000 m. un desierto alpino en el que ya sólo encontraremos musgo y líquenes como vestigios de vegetación, da paso a una maravilla invernal de hielo y nieve y la magnífica belleza del techo del continente.
Las rutas más utilizadas son seis, aunque hay otras más difíciles para montañeros más expertos. También se puede hacer trekking por la montaña a partir de un día. Para los que quieren llegar a la cima, y quieran evitar el mal de altura se recomienda hacer un día aclimatación a mitad de camino, para un mínimo de 6 noches, en el que se puede hacer una excursión que nos ayudará a aclimatarnos y a la vez nos permitirá obtener vistas de las llanuras de Kenia y el monte Meru.
Los mejores meses para ir son entre Diciembre y Febrero, meses más claros y cálidos y entre Julio y Octubre, meses más secos pero más fríos. El alojamiento durante la ascensión se hace en refugios de montaña, que tienen camas y servicios básicos, si se escoge la ruta Marangu o en tiendas de campaña, que proporcionan más intimidad, para el resto de rutas.
Parque nacional Arusha:

Búfalos en el Parque nacional Arusha.
El parque más cercano a la capital del norte de Tanzania, el parque nacional de Arusha es una joya de múltiples caras, a menudo omitida por los viajeros, a pesar de ofrecer la oportunidad de explorar una atractiva diversidad de hábitats en pocas horas.
La puerta de entrada lleva a a una zona sombría de bosque de montaña habitada por monos azules y coloridos turacos y trogones. Es éste el único lugar de entre los parques del norte donde se puede ver con facilidad a los monos colobo. En las brumas de el bosque se levanta el espectacular cráter Ngurdoto cuyas paredes rocosas albergan un suelo pantanoso en el que viven manadas de búfalos y jabalíes. Más al norte, en las praderas de las colinas, disfrutaremos de la tranquila belleza de los lagos Momela, cada uno de ellos con su tono diferente de azul o verde. Sus aguas, a veces teñidas del rosa de los flamencos, son el hábitat de cobos, con sus largos cuernos en forma de lira. Las jirafas pasean por las laderas, entre manadas de cebras, mientras dik-diks corretean entre los matorrales. Con suerte podremos observar hienas y leopardos escabulléndose durante el atardecer. Es durante estas horas en que el velo de nubes en el horizonte oriental es más probable que aclare, revelando la majestuosidad del Kilimanjaro, a sólo 50 km. de distancia.
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Pero es el monte hermano del Kilimanjaro, el monte Meru, quinto en altura del continente africano con 4.466 m., el que domina el horizonte del parque. Sus picos y laderas orientales protegidas dentro de los límites del parque nacional ofrecen vistas inigualables de su famoso vecino, al mismo tiempo que son, por mérito propio un destino de trekking de primer orden. Pasando a través de la sabana donde encontraremos búfalos y jirafas, el ascenso del Meru nos llevará a través de bosques rojizos antes de llegar al brezal salpicado de lobelias. Flores perennes se adhieren al desierto alpino que nos llevará hasta la cima. A lo lejos, el Kilimanjaro permanece con su corona de nubes, enrojecido por el amanecer. Esta ascensión, de tres o cuatro días, supone una gran aclimatación para el Kilimanjaro. Los mejores meses para subir al monte Meru son entre Junio y Febrero, aunque en Noviembre puede llover. Las mejores vistas del Kilimanjaro las obtendremos entre Diciembre y Febrero.
Arusha, la capital del norte de Tanzania es una ciudad que respira safari por sus cuatro costados, con 4×4, camiones y viejos taxis luchando por encontrar su espacio en sus polvorientas calles. La ciudad sirve como punto de partida hacia los parques del norte del país. La mayoría de la gente se queda en Arusha una sola noche antes o después del itinerario de safari o de el trekking por el Kilimanjaro.
Lago Eyasi:

Tribu Hadzabe, Lago Eyasi.
A una hora de camino desde Karatu se llega a la orilla norte del lago Eyasi, un lago alcalino que se extiende unos 75 Km al Suroeste. Hacia el Nordeste podemos ver las tierras altas del cráter, hacia el Oeste, tras unos riscos, las llanuras del Serengeti. Las fuentes de agua dulce del Nordeste del lago hacen que crezca la hierba donde habita una variada vida animal que incluye leopardos, hipopótamos, diferentes clases de monos, aves, flamencos, cigüeñas y pelícanos.
Hace unos 100 años, cuando los guerreros Masai llegaron a las zonas de Ngorongoro y Serengeti, los Datoga y otros indígenas bosquimanos que vivían allí se vieron forzados a dirigirse hacia el sur. Muchos hicieron del lago Eyasi y sus cercanos bosques su hogar. En los claros del bosque junto al lago hay varios campamentos. Éste es un sitio especial para los amantes de la aves, y para todos aquellos que quieren hacer una interesante visita a las tribus Datoga y Hadzabe.
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Los miembros de la tribu Hadzabe son bosquimanos, los últimos cazadores y recolectores de África oriental que prácticamente no han cambiado su hábitos en los últimos 10.000 años. Su número se reduce paulatinamente y se calcula que sólo quedan 1000 Hadzabe, con sólo 20 grupos en los alrededores del lago Eyasi. La visita a la aldea es altamente interesante, pudiendo interactuar con ellos al salir a recolectar y cazar a primera hora de la mañana. Los Hadzabe son una tribu nómada que vive en cabañas muy precarias hechas de ramas y en las que prácticamente sólo entran en caso de lluvia ya que prefieren dormir al raso aprovechando que la brisa de la noche ahuyenta a los mosquitos.
Los campamentos son utilizados durante unas pocas semanas, hasta que la caza en la zona escasea, momento de mover el campamento a otra zona en las proximidades del lago. Los Hadzabe son monógamos y sus grupos están formados por varias familias, cada una de ellas con 4 o más hijos. Éstos, desde ya muy pequeños aprenden a cazar y ganarse el alimento diario. Aunque su lenguaje, que incluye chasquidos con la lengua parece emparentado con el de otros grupos de bosquimanos del sur de África, genéticamente están más cerca de los pigmeos de las selvas del Congo.
La dieta de los Hadzabe se basa principalmente en la miel y en la carne de pequeños animales (pájaros, ardillas…) durante la época seca y pequeños antílopes (dik diks, gacelas, cebras…) en época de lluvia, cuando la caza es abundante. Si el animal cazado es muy grande en lugar de llevarlo al poblado, el poblado se traslada al lugar de la caza. Esta dieta se ve complementada con raíces, tubérculos y frutos que recogen las mujeres de la tribu.
Prácticamente no tienen relación con otras tribus de la zona, excepto con los Datoga con los que intercambian caza por flechas y lanzas. La caza se lleva a cabo a primera hora de la mañana y última hora de la tarde, pudiéndose acompañar a alguno de los grupos de la aldea para lo que hay que moverse rápido a través de zonas de arbustos. La caza se lleva a cabo con arco y flechas que se preparan para la ocasión. Si hay previsión de cazar animales más grandes las flechas tienen puntas metálicas envenenadas. Si la idea de la caza no nos resulta atractiva, la alternativa es quedarse con las mujeres en el poblado y recoger frutos y raíces.
Los miembros de la tribu Datoga son, al igual que los Masai, pastores. Pueden poseer hasta 500 cabezas de ganado, entre vacas y cabras, animal éste último sagrado para la tribu. Se dedican además a la forja de puntas de flecha, lanzas y adornos que intercambian con los Hadzabe. Datoga quiere decir «los hombres», aunque los vecinos Masai los denominan «Mangati, los enemigos».
Es una tribu polígama en la que cada hombre tiene 3 o 4 mujeres; cada una de ellas tiene su propia casa dentro del poblado y suelen compartir la vida de forma amistosa. La base de su alimentación es la leche, ya sea líquida como prefieren los hombres o batida o cuajada en forma de mantequilla, como prefieren las mujeres, y la harina de maíz, alimento que han incorporado hace poco tiempo a su dieta por contacto con otras tribus que lo cultivan en la zona. Hombres y mujeres comen por separado, haciéndolo las mujeres en el interior de sus casas y los hombres en el exterior.
Las casas, construidas con barro, ramas y excrementos de vaca tienen planta rectangular, con una habitación grande y otra más pequeña que hace la función de dormitorio – cocina – despensa. La cama es muy básica y utilizan pieles de cabra como mantas. Los Datoga tatúan círculos alrededor de los ojos y en los párpados creyendo que en caso contrario los niños quedarán ciegos. Los hombres visten de forma parecida a los Masai, con mantas de colores rojizos. Las mujeres prefieren las faldas de piel de cabra con tiras de cuero de colores. Además lucen todo tipo de pulseras metálicas y con cuentas de colores.
En los meses de abril y mayo, la carretera de acceso al lago puede estar en mal estado por las lluvias.
Lago Natron:

Lago Natron.
El lago Natron se encuentra en el remoto extremo norte del valle del Rift en el lado de Tanzania. Es un enorme lago alcalino que alberga a la mitad de la población mundial de flamencos rosas. Se encuentra dentro de la región Masai y es de una aridez impresionante.
El camino de acceso, desde Karatu o desde el acceso norte de Serengeti, en la zona de lobo, es complicado, por pistas de grava y roca. Muy cerca se encuentra la montaña sagrada para los Masai, el volcán Ol Donyo Lengai. Es un volcán único en el mundo, con una actividad moderada que permite llegar hasta el mismo cono donde se puede observar la rara lava negra que fluye desde su interior. Esta lava negra se solidifica rápidamente y en unos días se ha convertido en roca blanca. El volcán puede subirse en un trekking de un día. Otras actividades en la zona son la visita de las cascadas y un paseo a pie hasta el lago Natron.
PARQUES DEL SUR
Reserva nacional de Selous:

Perro salvaje en la Reserva nacional de Selous
Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1982 está considerada una de las reservas más grandes del mundo. Con sus 55.000 km² tiene un tamaño mayor que el de Suiza, siendo la mayor reserva salvaje de fauna y flora de toda África. El acceso al parque resulta algo incómodo pues el recorrido transcurre por una pista sin asfaltar que atraviesan pequeños poblados de un encanto turbador, pero no puede faltar en un viaje por el Sur de Tanzania.
Un tercio de su camaleónico paisaje está cubierto de bosque de miombo pero también podemos encontrar llanuras, sabana… Su columna vertebral es el río Rufiji, que atraviesa toda la reserva, y cuyas aguas caudalosas permiten realizar safaris en barca por el río, una experiencia inolvidable. Acompañado de un ranger se puede disfrutar de un paseo hasta llegar a una zona denominada «maji moto» (agua caliente). Cuenta la leyenda que si te bañas o te mojas en estas aguas tendrás buena suerte y ahuyentarás a los malos espíritus.
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Sus intrincados canales y ríos tributarios del delta del Rufiji atraen a una gran población de elefantes, y albergan a numerosos hipopótamos y cocodrilos que se introducirán en el agua al menor sonido de una barca. Los bancos de arena atraen a numerosas manadas desde las llanuras, dependiendo de la estación ya que dichas manadas se dispersan después de las lluvias y vuelven a reagruparse cuando estas escasean y buscar el agua en las praderas supone arriesgarse ante los depredadores.
Podemos encontrar leones, leopardos, hienas manchadas, hipopótamos, búfalos, jirafas, ñus, antílopes, facóqueros, cebras, alcélafos, kudus, antílopes sable, elands,, antílopes de agua, y más de 300 especies de aves y reptiles como cocodrilos y algunas serpientes y lagartos. También encontraremos dos especies muy difíciles de ver en otros parques: el rinoceronte y los licaones (perros salvajes). Como en el resto de Tanzania, Selous tiene dos épocas de lluvias: de noviembre a enero (la más corta) y de marzo a mayo (la larga).
Parque nacional de Mikumi:

Parque nacional Mikumi.
El parque nacional Mikumi linda con la frontera norte de la enorme reserva de Selous, y es atravesado por la carretera entre Dar es Salaam e Iringa. Es por ello la parte más accesible de los 75.000 km² de superficie que llegan casi hasta el océano Índico. Las llanuras de aluvión de Mkata a menudo son comparadas con las praderas de Serengeti.
Los leones campan por su reino de hierba buscando las manadas de cebras, ñúes, impalas y búfalos que lo cruzan en sus migraciones. Las jirafas buscan comida entre las acacias que se alzan en los márgenes del río Mkata, islas de sombra también buscadas por los elefantes de Mikumi. Con un buen número de caminos, las llanuras de Mkata son quizás, los puntos en Tanzania en que se podrá ver más fácilmente al poderoso eland, el antílope más grande del mundo. El igualmente grande kudú y el antílope de sable frecuentan las colinas de las montañas que se elevan en los límites del parque y los hipopótamos son las estrellas de las dos pozas situadas a 5 km al norte de la entrada principal. También se han contado más de 400 especies de aves. El parque puede ser visitado durante todo el año.
Parque nacional Ruaha:

Manada de leones en el Parque nacional Ruaha.
En la distancia, bajo un baobab, unos cuantos representantes de los 10.000 elefantes de Ruaha, la población más grande en ningún parque de África oriental, protegen a sus crías. Algo menos famoso que Katavi en cuanto a naturaleza virgen, pero mucho más accesible, Ruaha protege una vasta superficie del terreno semi árido que caracteriza la Tanzania central. Su arteria principal es el gran río Ruaha que transcurre por el límite oriental en un torrente que se desborda durante la época de lluvias, pero que se diluye poco después en una serie de preciosas pozas rodeadas de roca y arena.
Una buena red de caminos sigue al gran Ruaha y sus afluentes estacionales, donde, durante la estación seca, impalas, cobos y otros antílopes arriesgan su vida por un trago de preciosa agua. Y el riesgo es considerable, no sólo por los grupos de más de 20 leones que reinan en las sabanas sino que también por los guepardos que acechan las llanuras abiertas y los leopardos que se esconden entre los matorrales. Esta impresionante cantidad de grandes depredadores se ve aumentada por la hienas rayadas y las hienas moteadas, al igual que por varios grupos de perros salvajes.
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La anormal alta densidad de antílopes es función de su situación, en transición entre la sabana de acacias de África oriental y el bosque de miombo de África del sur. Aquí podemos encontrar la gacela de Grant y el pequeño kudú en la parte más meridional de su hábitat, acompañados de los antílopes de sable y una de las mayores poblaciones del gran kudú del éste de África, el emblema del parque, reconocible por sus magníficos cuernos en forma de sacacorchos. El mejor momento para ver depredadores y grandes mamíferos es durante la estación seca, desde mediados de mayo a diciembre. Para ver aves, flores y vegetación exuberante, durante la época de lluvias, entre enero y abril. Al macho de gran kudú se le ve con mayor facilidad en el mes de Junio.
Parque nacional Montañas de Udzungwa:

Colobo rojo en el Parque nacional de las montañas de Udzungwa.
Aislados y antiguos, los bosques de Udzungwa parecen encantados: los rayos de sol entren entre las hojas de árboles de 30 m para iluminar pequeños claros de un suelo cubierto de hongos, musgo y helechos. Udzungwa es el más grande y con mayor diversidad de una cadena de grandes montañas cubiertas de bosques que se elevan majestuosamente desde las llanuras costeras de África oriental. Conocidas colectivamente como las montañas del arco oriental, éste archipiélago de macizos aislados también han sido llamadas las Galápagos africanas por la riqueza de sus plantas endémicas, entre las que se encuentra la delicada violeta africana. Sus bosques mantienen una continuidad de árboles desde los 250 m hasta los 2.000 m de altura.
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No es un destino usual para ver animales, pero es una gran atracción para los amantes del trekking. Posee una red excelente de caminos que incluye un paseo de medio día a las Cataratas Sanje, que tienen una caída de 170 m a través de las brumas, sobre el valle inferior. El sendero de Mwanihana, de dos días y más exigente, lleva a la meseta superior con sus vistas panorámicas sobre las plantaciones de caña de azúcar, antes de ascender al pico Mwanihana, el segundo más alto de las montañas.
Los ornitólogos podrán encontrar más de 400 especies, desde la encantadora oropéndola de cabeza verde hasta más de una docena de especies endémicas de África del éste. De las seis especies de primates reconocidas, el colobo rojo y el mangabey con cresta no viven en ningún otro sitio del mundo, y el segundo de ellos no fue detectado por los biólogos antes de 1.979. Sin duda estos grandes bosques todavía tienen que revelar todos sus tesoros.
Se puede visitar durante todo el año aunque durante la época de lluvias los caminos están algo embarrados. La época seca es entre junio y octubre, justo antes de las lluvias cortas, aunque hay que ir preparado para la lluvia en cualquier época.
Parque nacional Saadani:

Elefante en el Parque nacional Saadani.
Palmeras que se mecen con la brisa del mar. Arena blanca y aguas azules resplandecen bajo el sol tropical. Dhows tradicionales navegan lentamente con sus blancas velas, mientras los pescadores swahilis echan sus redes bajo un rojo atardecer.
Saadani, el parque más reciente de Tanzania, es donde la playa se encuentra con el bosque, el único santuario de vida animal en África oriental que llega a orillas del mar y que posee todos los atractivos de la costa e islas de Tanzania, que las hacen tan atractivas. Es el lugar donde esas horas que dedicamos a tomar el sol pueden ser interrumpidas por el paso de un elefante o por el sonido de un león bebiendo en una poza cercana.
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En Saadani podemos encontrar un amplio abanico de herbívoros y primates, entre los que veremos jirafas, búfalos, jabalíes, antílopes, ñus, grandes kudus, elands, antílopes sable, babuinos amarillos y cercopitecos verdes. También hay manadas de hasta 30 elefantes, y varios grupos de leones, leopardos, hienas moteadas y chacales de espalda negra. En los paseos en barca por los manglares tendremos grandes posibilidades de ver hipopótamos, cocodrilos, tortugas verdes y aves acuáticas, incluyendo el martín pescador, flamencos.
Se puede acceder a Saadani durante todo el año, aunque las carreteras pueden estar impracticables durante abril y mayo. La mejor época para ver animales es enero-febrero y desde junio a agosto.
PLAYAS
Zanzíbar:

Playa de Nungwi, Zanzíbar.
Zanzíbar es un archipiélago formado por las islas de Zanzíbar y Pemba. Situado en el océano Índico a unos 40 km de la costa de Tanzania y a 6° sur del ecuador.
La isla de Zanzíbar tiene 95 km de largo por 33 km de ancho. Sus características playas de arena blanca están protegidas por arrecifes de coral y por la magia de la histórica Stone Town, reconocida como la única ciudad antigua existente hoy en día en África del Este. Al estar cerca del ecuador Zanzíbar tiene un clima cálido durante todo el año, donde el calor del verano es temperado a menudo por las condiciones de viento resultando en agradables brisas marinas, especialmente en las costa norte y éste. Oficialmente el mes de más calor es en diciembre y el de menos, en junio. Durante el mes de noviembre se pueden producir lluvias cortas. Las lluvias persistentes ocurren normalmente en abril y mayo, por lo que se conoce a estos meses como la «temporada verde», aunque no llueva cada día.
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Las playas en Zanzíbar son el paraíso, salpicadas de pintorescos pueblecitos de pescadores donde la gente vive una vida sencilla, sin cambios durante siglos. Hay más de 25 fantásticas playas en Zanzíbar, algunas tan tranquilas y remotas que e único ruido que rompe el silencio será seguramente el del mar. En la parte norte de la isla está Nungwi, una parte interesante para conocer la vida tradicional de la isla, bucear o conocer el atolón de Mnemba. En la costa Oeste, las playas de Mangapwani merecen ser visitadas y hacia el éste, las playas de Matemwe, Pwani, Mchangani, Kiwengwa, Uroa, Bwejuu y Jambiani. Las mareas son profundas en casi toda la isla, por lo que con marea baja el nivel del agua puede retirarse hasta 400 m. del punto de marea alta. Esta circunstancia se da en mucha menor medida en las playas del norte y nordeste (Nungwi y alrededores).
Amplía la información sobre Zanzibar aquí.